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321.

Necesidad de amar: desesperada

inquietud sin descanso ni sosiego,

que modera su ímpetu andariego

solamente en fugaz encrucijada.

Necesidad de amor inacabada.

Arder sin consumirse en todo fuego,

dar sin darse jamás, con desapego,

buscar, ceder, huir...Y luego nada.

Necesidad de amor que como un siervo

a su embrujo infernal, encadenado,

mantiene el ser en bárbara tortura

y le deja al final el gusto acerbo

de algún fruto prohibido mal gustado

y una sed insaciable de ternura.

JULIA PRILUTZKY (ucraniano-argentina, 1912-2002)



322.

CAMPO DE BATALLA

Nace en las ingles un calor callado,

como un rumor de espuma silencioso.

Su dura mimbre el tulipán precioso

dobla sin agua, vivo y agotado.

Crece en la sangre un desasosegado,

urgente pensamiento belicoso.

La exhausta flor perdida en su reposo

rompe su sueño en la raíz mojado.

Salta la tierra y de su entraña pierde

savia, veneno y alameda verde.

Palpita, cruje, azota, empuja, estalla.

La vida hiende vida en plena vida.

Y aunque la muerte gane la partida,

todo es un campo alegre de batalla.

RAFAEL ALBERTI (español, 1902-1999)



323.

CANTANDO



Ya no tengo la dulzura de sus besos,

vago sola por el mundo sin amor.

Otra boca más feliz será la dueña

de sus besos que eran toda mi pasión.

Hay momentos que no sé lo que me pasa…

tengo ganas de reír y de llorar.

Tengo celos, tengo miedo que no vuelva.

Y lo quiero, no lo puedo remediar.

Cantando yo le di

mi corazón, mi amor,

y desde que se fue,

yo canto mi dolor.

Cantando lo encontré,

cantando lo perdí…

Porque no sé llorar

cantando he de morir.

Virgencita milagrosa , perdoname

si cantando esta canción que vive en mí,

yo te pido que me traigas lo que es mío,

que tan pronto y sin motivo lo perdí.

Si es pecado querer tanto en esta vida

yo te pido, de rodillas, tu perdón…

Yo lo quiero tanto y tanto que me muero

si me faltan las caricias de su amor.

MERCEDES SIMONE (letra de tango, 1931)



324.

ALÉJATE DE MÍ

Aléjate de mí, aunque como siempre,

permanezco en tu sombra.

Y nunca, solitaria,

alzándome en los mismos umbrales

de la vida oculta,

puedo gobernar los impulsos de mi alma,

ni levantar la mano como antes,,

hacia el sol, serenamente,

sin que se perciba

lo que intenté apartar lejos:

el contacto de tu mano en la mía.

Esta anchurosa tierra

en la que nos separaría el destino,

en el mío deja tu corazón, latiendo por dos.

En todo lo que haré o soñaré tú estás presente,

como el sabor de las uvas en el vino.

Y cuando por mí rezo al Señor,

en mis plegarias tu nombre escuchando

y en mis ojos mezclándose nuestras lágrimas.

ELIZABETH BARRETT-BROWNING (inglesa, 1806-1861)



325.

ELLA

Es una intensísima corriente

un relámpago ser de lecho

una dona mórbida ola

un reflujo zumbo de anestesia

una rompiente ente florescente

una voraz contráctil prensil

corola entreabierta y su rocío afrodisíaco

y su carnalescencia natal

letal

alvéolo beodo de violo

es la sed de ella ella y sus vertientes lentas

entremuertes que estrellan y disgregan

aunque Dios sea su vientre

pero también es la crisálida

de una inalada larva de la nada

una libélula de médula

una oruga lúbrica desnuda

sólo nutrida de frote

un chupochupo súcubo molusco

que gota a gota agota boca a boca

la mucho mucho gozo

la muy total sofoco

la toda ¡shock! tras ¡shock!

la íntegra colapso

es un hermoso síncope con foso

un ¡cross! de amor pantera

al plexo trópico

un ¡knock out! técnico dichoso

si no un compuesto terrestre

de libido edén infierno

el sedimento aglutinante de

un precipitado de labios

el obsesivo residuo de una solución insoluble

un mecanismo radioanímico

un terno bípedo bullente

un ¡robot! hembra

electroerótico con su emisora de delirio

y espasmos lírico-dramáticos

aunque tal vez sea un espejismo

un paradigma

un eromito

una apariencia de la ausencia

una entelequia inexistente

las trenzas náyades de Ofelia

o sólo un trozo ultraporoso

de realidad indubitable

una despótica materia

el paraíso hecho carne

una perdiz a la crema.

OLIVERIO GIRONDO (argentino, 1891-1967)



326.

VENDRÉ A TI

Vendré a ti, cuando estés muy triste,

en la soledad de la habitación oscura,

cuando el alegre y loco día haya huido,

y la sonrisa feliz se haya borrado

por la tristeza de la noche fría.

Vendré a ti, cuando el verdadero sentir

de tu corazón reine imparcial y absoluto,

y mi influencia silenciosa,

ahondando el dolor, helada la alegría,

sin demora con tu alma se alzará.

¡Escucha! Es la hora,

el momento por ti tan temido.

¿No sientes el fluir en tu pecho

del río de una sensación extraña,

precursora de un poder más fuerte

que a quien anuncia es a mí?

EMILY BRONTË (inglesa, 1818-1848)



327.

ANTES DEL ODIO

Cerca del agua te quiero llevar,

porque tu arrullo trascienda del mar.

Cerca del agua te quiero tener,

porque te aliente tu vívido ser.

Cerca del agua te quiero sentir,

porque la espuma te enseñe a reír.

Cerca del agua te quiero, mujer,

ver, abarcar, fecundar, conocer.

Cerca del agua perdida del mar,

que no se puede perder ni encontrar.

MIGUEL HERNÁNDEZ (español, 1910-1942)



328.

1964

Ya no es mágico el mundo.

Te han dejado.

Ya no compartirás la clara luna

ni los lentos jardines.

Ya no hay una luna

que no sea espejo del pasado,

cristal de soledad, sol de agonías.

Adiós las mutuas manos y las sienes

que acercaba el amor.

Hoy sólo tienes

la fiel memoria y los desiertos días.

Nadie pierde (repites vanamente)

sino lo que no tiene y no ha tenido

nunca, pero no basta ser valiente

para aprender el arte del olvido.

Un símbolo, una rosa, te desgarra

y te puede matar una guitarra.

II

Ya no seré feliz. Tal vez no importa.

Hay tantas otras cosas en el mundo;

un instante cualquiera es más profundo

y diverso que el mar. La vida es corta

y aunque las horas son tan largas,

una oscura maravilla nos acecha,

la muerte, ese otro mar,

esa otra flecha

que nos libra del sol y de la luna

y del amor. La dicha que me diste

y me quitaste debe ser borrada;

lo que era todo tiene que ser nada.

Sólo me queda el goce de estar triste,

esa vana costumbre que me inclina

al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina.

JORGE LUIS BORGES (argentino, 1899-1986)



329.

CONTIGO

¿Mi tierra?

Mi tierra eres tú.

¿Mi gente?

Mi gente eres tú.

El destierro y la muerte

para mí están adonde

no estés tú.

¿Y mi vida?

Dime, mi vida,

¿qué es, si no eres tú?

LUIS CERNUDA (español, 1902-1963)



330.

Mi amor está con un ligero atuendo

entre los manzanos,

donde las brisas bulliciosas

más anhelan correr en compañía.

Allí, donde las brisas joviales moran

para cortejar a las tempranas hojas

a su paso,

mi amor va lentamente, inclinándose

hacia su sombra que yace en la hierba.

Y donde el cielo es una taza de claro azul

sobre la tierra risueña,

mi amor camina lentamente,

alzando su vestido con grácil mano.

JAMES JOYCE (irlandés, 1882-1941)



331.

ME TIENES EN TUS MANOS

Me tienes en tus manos

y me lees lo mismo que un libro.

Sabes lo que yo ignoro

y me dices cosas que no me digo.

Me aprendo más en ti

que en mí mismo.

Eres como un milagro de todas horas,

como un dolor sin sitio.

Si no fueras mujer fueras mi amigo.

A veces quiero hablarte de mujeres

que a un lado tuyo persigo.

Eres como el perdón

y yo soy como tu hijo.

Qué buenos ojos tienes cuando estás conmigo.

¡Qué distante te haces y qué ausente

cuando a la soledad te sacrifico!

Dulce como tu nombre, como un higo,

me esperas en tu amor hasta que arribo.

Tú eres como mi casa,

eres como mi muerte, amor mío.

JAIME SABINES (mexicano, 1926-1999)



332.

LA CITA

Me he ceñido toda con un manto negro.

Estoy toda pálida, la mirada extática.

Y en los ojos tengo partida una estrella.

¡Dos triángulos rojos en mi faz hierática!

Ya ves que no luzco siquiera una joya,

ni un lazo rosado, ni un ramo de dalias.

Y hasta me he quitado las hebillas ricas

de las correhuelas de mis dos sandalias.

Mas soy esta noche sin oros ni sedas,

esbelta y morena como un lirio vivo.

Y estoy toda ungida de esencias de nardos,

y soy toda suave bajo el manto esquivo.

Y en mi boca pálida florece ya el trémulo

clavel de mi beso que aguarda tu boca.

Y a mis manos largas se enrosca el deseo

como una invisible serpentina loca.

¡Descíñeme, amante! ¡Descíñeme, amante!

Bajo tu mirada surgiré como una

estatua vibrante sobre un plinto negro

hasta el que se arrastra, como un can, la luna.

JUANA DE IBARBOUROU (uruguaya, 1892-1979)



333.

AMISTAD DESPUÉS DEL AMOR

Después que el feroz verano todo en llamas,

se ha consumido en cenizas, y expira

en la intensidad de sus propios fuegos,

entonces llega la leve calma de los días de san Martín,

coronada con la calma de la paz, pero triste y brumosa.

Así después Amor nos ha conducido,

cansado de sus propias agonías, tormentos y deseos,

hasta una larga mirada de amistad:

con la que nos invita a seguirlo,

y a través de frescos y verdes valles

libres de cuidado.

¿Es un toque de escarcha el que flota en el aire?

¿Por qué nos acosa con unsentido de pérdida?

No deseamos de vuelta el dolor, o el calor;

sin embargo, sin embargo,

estos días son incompletos.

ELLA WHEELER WILCOX (estadounidense, 1850-1919)



334.

A QUOI BON DIRE



Hace diecisiete años dijiste algo

que sonó como un adiós;

y todos piensan que tú estás muerto,

menos yo.

Así yo, como me vuelvo rígida y fría

ante esto y aquello, digo también adiós;

y todos ven que soy vieja,

menos tú.

Y una hermosa mañana en una calle soleada,

una muchacha y un muchacho se encontrarán

y se besarán y jurarán que nadie

puede amar de ese modo de nuevo,

mientras por allá,

tú habrás sonreído

y yo habré jugado con tu cabello.

CHARLOTTE MEW (inglesa, 1869-1928)



335.

SIGNIFICADO DE LA PALABRA “YO AMÉ”

Con “yo amé” dice cualquiera

esta verdad desolante:

-Todo en el mundo es quimera,

no hay ventura veradera

ni sentimiento constante-

Yo amé” significa: Nada

le basta al hombre jamás:

la pasión más delicada,

la promesa más sagrada,

son humo y viento ¡y no más!

GERTRUDIS GÓMEZ DE AVELLANEDA(cubana, 1814-1873)



336.

Si supieras cuánto enloquezco de amor,

me perdonarías o me condenarías sin perdón.

No pienses que te he abandonado

por ser obediente,

¡juro por tu vida! Sería insólito

que tú fueses abandonada.

Pero tú y tus promesas hechas

han sido como el relámpago de una nube

que aún no ha dado gota.

JAMIL Ibn ABDALLAH Ibn MA’AMAR (árabe, 660-701)



337.

FUEGOS

Lo mismo ocurre con un perro, con una pantera o con una cigarra.

Leda decía: “Ya no soy libre para suicidarme

desde que me he comprado un cisne”.

La muerte es un sacramento del que sólo son dignos

los más puros: muchos hombres se deshacen,

pero pocos hombres mueren.

No puede construirse una felicidad

sino sobre los cimientos de una desesperación.

Creo que voy a ponerme a construir.

Que no se acuse a nadie de mi vida.

No soporté bien la felicidad. Falta de costumbre.

En tus brazos, lo único que yo podía hacer era morir.

Existe un plan general para el universo.

Sólo salimos en los momentos sublimes.

En el avión, cerca de ti, ya no le tengo miedo al peligro.

Uno sólo muere cuando está solo.

Existe entre nosotros algo mejor que un amor: una complicidad.

MARGUERITE YOURCENAR (belga, 1903-1987)



338.

HUIDA DE LOBA

A quien me pregunta

cuántos amores he tenido,

le respondo que mire en los bosques

para ver en cuántas trampas

ha quedado

mi pelo.

ALDA MERINI (italiana, 1931-2009)



339.

CONTEMPLACIÓN DEL BESO

Debe el beso venir desde la hondura

de una cabeza baja y atraída

en la penumbra gris desvanecida

mientras un viento vuele de frescura.

Boca entreabierta, elástica, madura,

que en el atardecer se haga una herida.

Toda ella roja de profunda vida

con un signo mortal: la dentadura.

Verlo avanzar después muy lentamente

como un ascua encendida o roja estrella

y detenerlo, ay, súbitamente.

Contemplarlo en deliquio y miel de abella,

huir la boca por rozar la frente

y a ella volver para morir en ella.

BALDOMERO FERNÁNDEZ MORENO (argentino, 1886-1950)



340.

Un tuerto en su mujer no halló el despojo

y habíanle dicho que doncella era;

andaba cual paloma arrulladora

porque otro había labrado en su rastrojo.

Ella le dijo: “No tan grande enojo,

señor marido, no de esta manera,

que si a vuestro poder no vine entera,

ni vos al mío, pues os falta un ojo”.

Él respondió, con voz algo turbada:

Esto hicieron en mí mis enemigos,

mas al fin lo pagaron con matarlos”.

Ella dijo: “Yo fui mejor librada,

pues esto me causaron mis amigos,

y yo les di la vida en remediarlos”.

ANÓNIMO ESPAÑOL (siglo XVII)



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